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Regreso al Paraíso

Quince años después de iniciar las exploraciones en la Cueva Paraíso, hemos decidido regresar para dar “un vistazo” nuevamente a sus galerías. En las últimas exploraciones habían quedado pendientes algunos ramales por revisar, además que queríamos re-topografiar la cueva y digitalizarla, así como documentarla con más calidad (fotos y vídeos). Por consiguiente a inicios de este año, nos dimos a la tarea de organizar las exploraciones que nos ocuparon prácticamente cinco meses (enero-mayo), aunque las exploraciones fueron aleatorias con visitas de un día y tiempos máximos de permanencia en cueva de 12 horas continuas. No encontramos condiciones para montar algún campamento interno. Fue también necesario re-equipar la cueva ya que muchos de los “spits” instalados hace años se encontraron inservibles, ahora hemos ocupado en gran parte de las instalaciones clavos tipo inox.


Además esta cueva es interesante por estar muy cerca de la Cueva Magna  otra cueva activa de gran potencial, a la cual también regresamos a explorarla en el 2016. Ambas cuevas son vecinas por casi 700 m en línea de recta, aunque internamente se desarrollan en sentidos opuestos, una en dirección Oeste y la otra al Sureste. Pueden leer más acerca de estas dos cuevas y sus primeras exploraciones en la sección de publicaciones de nuestra página web.

Las exploraciones en el 2003 culminaron poco más adelante de la “Galería Paraíso”, a 900 m de desarrollo, en un salón de gran altura que en ese entonces fue el de mayores dimensiones de toda la cueva. Adelante, el agua que recorre toda la cueva hasta este punto se pierde entre un caos de bloques de derrumbe, pasando en partes estrechas. Este año hemos sobrepasado el derrumbe escalando una rampa de lodo y la cueva nos ha conducido hacia el enorme Salón del Silencio, el cual es tres o cuatro veces más grande que la Galería Paraíso. De este salón parten dos ramales en sentidos opuestos, al Noroeste y otro al Sureste, ambos en ambientes secos pero con mucho lodo. El primer ramal se desarrolla cómodamente en su primer tramo, y al final sobrepasando un estrecho bastante incómodo (léase el blog anterior: Claustrofobia) se abre nuevamente en una cómoda galería que conduce a un pozo cerrado. Por el otro ramal, contrariamente se desarrolla incómodamente y con pasos estrechos entre bloques de derrumbes, también con mucho lodo. Casi al final de este ramal, el último día de exploración, encontramos un paso inadvertido, una estrechez para variar y bastante incómoda, decidimos escabullirnos por ahí y para nuestra sorpresa (alegría y fortuna) poco a poco se fue ampliando más y haciéndose más cómodas las galerías, finalmente nos detuvimos en una rampa de lodo descendente que se abre a otro ambiente más abajo y amplio. Nos hizo falta más equipo para descender con seguridad, además de que teníamos la temporada de lluvias muy cercana, hemos decidido detener las exploraciones hasta este punto, pero con la alegría de que la cueva continúa.  Ahora solo nos queda esperar que la temporada de estiaje llegue nuevamente y prepararnos para ir más adentro en las entrañas de San Fernando. La cueva se ha desarrollado por casi dos kilómetros, duplicando el desarrollo conocido anteriormente.


Han participado en las exploraciones de este año: Julio Antonio Torres Guzmán, Luis Rafael Culebro Aguilar, Angélica Zambrano Ríos, Javier Guerrero Pineda, Daniel Medina Pineda, Luis Antonio Díaz Aguello, Luis Adrian Cancino Medina, Oel Arturo Sarmiento Barajas, Matteo Cassella, Isela Altúzar González, Juan de Dios Rendón González, Juan Carlos Franco Guillén, Jaime Eduardo Gómez Rodríguez, Daniel Alberto Medina León, José Francisco Medina León, Benjamín Nucamendi Vázquez, Sandra Inés Ocaña Hernándes y Kaleb Zárate Gálvez.



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